Roger Federer le ganó a Rafael Nadal en cuatro sets y va por más gloria: el domingo jugará la final
- AFP
- 13 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Fueron once años. La última imagen de ambos en el Centre Court de Wimbledon fue en julio de 2008, en penumbras, apenas iluminados por los fogonazos de las cámaras fotográficas. Roger Federer y Rafael Nadal no habían vuelto a enfrentarse en el All England luego de aquella definición del trofeo dorado que muchos describieron como el mejor partido de tenis de todos los tiempos. Se habían cruzado, sí, claro, pero en otros estadios, sin tanto romanticismo, sin tanta tradición. Aquí están vestidos de blanco, jugando al ajedrez con raqueta, luchando sobre césped (o lo que queda de él, sobre todo en las bases, después de casi dos semanas de competencia) Son las 19.43 en este rincón británico y hay muy buena luz natural. Es el capítulo número 40 del mejor clásico de la historia, con 24 victorias para el español y 15 para el suizo. Pero aquí se escribe otra historia. Aquí los garabatos los hace Federer, ningún otro. El hombre que no envejece, el superhéroe sin capa, alcanza su decimosegunda final de Wimbledon (ocho títulos), al derrotar a quien fuera su kryptonita durante tanto tiempo. Es Roger el que se coloca en la definición del domingo frente al número 1, Novak Djokovic, luego de triunfar por 7-6 (7-3), 1-6, 6-3 y 6-4, después de un espectáculo mágico de tres horas y dos minutos.
Ambas leyendas comenzaron sacando con extrema autoridad; Nadal, sobre todo, con primeros servicios fortísimos, a un promedio de 200 km/h. Los saques de Roger, con menos velocidad pero mayor ubicación. En ese contexto, fueron escasísimos los peloteos que se originaron. La tensión se respiró en la atmósfera y el primer momento de cierto riesgo para Nadal fue sacando 15-30 y 3-4. Pero, como la mayoría de las veces que están contra las cuerdas, se plantó como un toro enfurecido y castigó con dos latigazos que Federer no pudo controlar. Pero el suizo insistió y, a los 26 minutos de acción, contó con el primer punto de quiebre. Un fallido revés quedó en la red; no lo aprovechó.
Nadal cometió la primera doble falta sacando 15-0 y 4-5, acción que quedaría dando vueltas en su cabeza. Las pocas veces que Nadal le dio oportunidad a Federer con su saque, el suizo se tiró encima de la pelota, tratando de impactar de inmediato para reducir los tiempos y tomar al español acomodándose tras el movimiento del servicio. Nadal caminó por la cornisa: de 40-0 pasó a 40-40, pero a Federer lo perjudicó la ansiedad y se invirtió en un momento inoportuno, impactando incómodo (el español sostuvo su servicio y lo celebró como un gol en el estadio Bernabéu de su querido Real Madrid)
Llegaron al tie-break y el primer punto fue de película, realmente: con Nadal llegando a una sutileza imposible de Federer y pasándolo con el último pedacito de la raqueta. El Centre Court deliró. Pero Roger recuperó el mini-quiebre al punto siguiente. Se siguieron toreando hasta el 3-3, cuando definitivamente el máximo campeón de Grand Slam aceleró hasta el final. Federer terminó con un 74% de primeros servicios, ganando 22 de 25 con el primer saque (88%), 7 aces y sin doble faltas. Dieciséis tiros ganadores del helvético contra siete de Rafa.
Comments