Pesado cubano impresiona con su pegada en el inicio de un nuevo capítulo en su carrera
- El Nuevo Herald
- 15 jul 2019
- 2 Min. de lectura

Frank Sánchez sabía que estaba obligado a impresionar. Después de todo, los ejecutivos de Warriors habían hecho una inversión en él y querían ver de primera mano si había posibilidades de retorno. Si había valido la pena el tiempo y el esfuerzo en la negociación.
Nadie salió decepcionado de Minneapolis, después que Sánchez despachara con facilidad en dos asaltos a Jason Bergman y demostrara que posee las herramientas para brillar en el peso máximo, si se le sabe conducir con inteligencia y calma, sin venderlo como algo superlativo.
“Me gustó mucho lo que vi de él y le auguro cosas muy buenas en lo adelante’‘, comentó Luis de Cubas, ejecutivo de Warriors. “No quiero anunciar nada todavía, pero tenemos grandes planes para Frank. Estuvo agresivo, rápido, certero. Luce mejor de pelea en pelea’‘.
El cubano dio paso tremendo al vencer a un hombre que le ofreció una pelea decente a Joseph Parker antes de caer en el octavo asalto, un hombre con 27 victorias y 18 nocauts. No estamos hablando de un Muhammad Alí, pero tampoco de uno de esos paquetes que tanto abundan por ahí para abultar hojas de servicio.
Si en el primer asalto le propinó dos conteos, en el siguiente Bergman estaba de más en el cuadrilátero y así lo entendió el árbitro que decretó el fin de las acciones y el triunfo del guerrero de Guantánamo.
No va a ser fácil para Sánchez caminar en el campo minado de los pesos completos por estos días. El cubano se impuso el mismo día en que lo hicieron otros guerreros jóvenes de la categoría máxima como Joe Joyce y Daniel Dubois. Todos quieren un pedazo del pastel.
La división de los mastodontes vuelve a estar de modo por el talento y el carisma de los establecidos -entre ellos Luis Ortiz, Deontay Wilder, Anthony Joshua y Andy Ruiz- y el empuje de los que van llegando, como Sánchez, Efe Agjaba, Joyce y Dubois. Lo bueno que tiene esto, como dirían en mi patria, es lo malo que se está poniendo.
Pero con apenas 26 años, una edad ideal en los pesos grandes, Sánchez y su equipo de trabajo no deben apurarse. Primero limpiar abajo y luego barrer arriba, a su justo tiempo y con las oportunidades exactas. Warriors tiene experiencia de sobra para evitar los callejones sin salida y conducir a su nuevo boxeador por un camino certero.
Si en el 2018 Sánchez peleó como un endemoniado, este 2019 le verá crecer a un ritmo distinto, de más calidad. Todavía es muy pronto para echar campanas al vuelo, pero lo visto en Minneapolis ilusiona, y mucho. Este inversión puede dar dividendos.
Comments