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Simpatizantes de Ortega atacan vehículo de empresario nicaragüense

  • NOTIMEX
  • 9 sept 2019
  • 2 Min. de lectura

El vehículo en el que viajaban el dirigente empresarial nicaragüense José Adán Aguerri, el dueño de Radio Darío, Aníbal Toruño, y el comentarista político Jaime Arellano fue atacado por simpatizantes del gobierno de Daniel Ortega, tras ser detenido por elementos de la policía en la ciudad de León.

Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), denunció a través de la red social Twitter que la policía nicaragüense detuvo el vehículo en el que viajaban durante cinco minutos, tiempo que fue aprovechado por simpatizantes del gobierno para lanzar piedras contra el automóvil.

"Ya en un lugar seguro, pudimos constatar que en el vidrio del conductor entró un balazo y el balín lo encontramos en el asiento del conductor", agregó.

El incidente ocurrió después de que Aguerri y Arellano acompañaron a Toruño -quien llevaba nueve meses en el exilio- al cementerio de Guadalupe, a depositar una ofrenda floral a la tumba del padre del periodista, reportó el diario local La Prensa.

Más tarde, acompañado por integrantes de la opositora Alianza Cívica, Toruño llegó a la sede de su empresa, Radio Darío, cuya fachada se encuentra llena de pintas con amenazas en su contra y asediada por elementos policiales y paramilitares. Su casa se encuentra en las mismas condiciones.

"Quiero pedir su apoyo en estar alerta y pendientes a mi llegada a León, tengo amenazas directas y hago responsable a Ortega por lo que nos pueda pasar", indicó.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que había recibido denuncias sobre actos de intimidación y amenazas contra Toruño.

En un mensaje en Twitter, la CIDH precisó que los miembros de Radio Darío cuentan con medidas cautelares y reiteró la solicitud hecha al Estado de Nicaragua para protegerlos.

Nicaragua enfrenta una crisis sociopolítica desde abril de 2018, cuando los manifestaciones contra una reforma al sistema previsional derivaron en protestas contra el gobierno de Ortega, las cuales dejaron más de 300 muertos por la represión policial y paramilitar.


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