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¿Demasiado joven para un premio Donostia? Penélope Cruz, cuestionada por unos, aplaudida por otros

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  • 26 sept 2019
  • 4 Min. de lectura

La fama llamó a su puerta casi sin avisar. Apenas tenía 16 años (las malas lenguas aseguran que 14), cuando Penélope Cruz protagonizó el video de Mecano La fuerza del destino. El tema fue un bombazo y la chica del clip también. Su carita de niña buena, que no ha cambiado tanto, y esas ganas de comerse el mundo, la convertían en una de las nuevas promesas del cine sin haber cumplido la mayoría de edad.

Años más tarde y con una carrera repleta de éxitos, se puede decir que es una de las artistas internacionales más aplaudidas y respetadas. Y no porque tenga un Oscar, tres Goyas, el César honorífico y el premio de interpretación de Cannes, sino porque se deja la piel en cada puesta en escena frente a la gran pantalla. Por todo eso y mucho más, el Festival de Cine de San Sebastián le ha elegido este año como la gran merecedora de su premio estrella, el galardón honorífico del Zinemaldia. Un relevante logro que ha generado debate y la pregunta de turno: ¿Demasiado pronto para tan prestigioso título?

La ceremonia tendrá lugar este viernes 27 de septiembre y será retransmitida en directo por La 2. Lo cierto es que se trata de la actriz más joven en la historia del Festival, que este año celebra su 67 edición, en recibirlo. Pero no por eso menos merecedora del mismo. Todo depende del cristal con que se mire. Si nos centramos en su edad, es verdad, tiene 45 años, y es más joven de lo habitual. Si lo que analizamos es su currículum, su trayectoria y su aportación a la industria, la cosa cambia.

Además de todos los premios citados arriba, no olvidemos que Penélope ha rodado en inglés, francés, italiano y español, se la ha jugado como productora, ha sido profeta en su tierra, incluso ha cantado (por exigencias del guión) y cuenta con alrededor de 60 películas a sus espaldas, que se dice pronto. Méritos para recibir el prestigioso galardón tiene de sobra, igual que sus colegas de profesión que pasaron años atrás por el mismo escenario a recogerlo. Quizás eran algo más mayores pero eso no les hace mejores, ni a ella una injusta ganadora. Las comparaciones son odiosas, pero haciendo un repaso a la lista de actores que se llevaron este premio llegamos a la conclusión de que la media de edad está entre los 55 y 60 años.

El aclamado premio comenzó a darse en 1986. Gregory Peck fue el primer actor en recibirlo siendo un cincuentón muy apuesto. A él le seguirían otros veteranos como Glenn Ford, Bette Davis, Lauren Bacall, Robert Mitchum; así como actores de otra generación a la que pertenecen Robert DeNiro, Robert Duvall, Dustin Hoffman o Tommy Lee Jones, todos ellos ya entraditos en la llamada tercera edad. Pero no hace falta irnos tan lejos. Mismamente el año pasado, era la actriz Judy Dench quien superó a todos en edad al recogerlo con 83, muy bien llevados la verdad. Cuarentones también los hay. Así en resumen podemos señalar a Ewan McGregor, Julia Roberts, Matt Dillon, Ethan Hawke y Sean Penn, quienes rondaban la cifra del cuatro cuando eran consagrados con este regalo para cualquier actor.

Ser una de las más jóvenes en serle otorgado no es el único privilegio para la protagonista de Volver. Hay más. También se convierte nada menos que en la quinta actriz de origen español en recibibirlo. La preceden Francisco Rabal, Fernando Fernán Gómez, Carmen Maura y Antonio Banderas. Porque a pesar de ser unos premios made in Spain, en su lista de ganadores hay espacio para todas las nacionalidades ya que se trata de un Festival Internacional. Así que otro punto más que se anota nuestra Penélope.

A ella hay mucho que agradecerle. Su espontaneidad al darle el Oscar a su amado Pedro Almodóvar (imposible olvidar su famoso ¡Pedroooo!), su acento español al hablar inglés (al que jamás ha renunciado) y el llevar por delante a su tierra y su cine, al que siempre ha vuelto, especialmente si la llamada era del director manchego. Ella es su actriz fetiche, además de su amiga del alma. Y aunque sea en un papel más pequeñito, como ha sido el caso de Dolor y gloria, siempre está presente en sus películas. Una cinta de Almodóvar sin su Pe es un cocido sin garbanzos o un pan tumaca sin tomate.

También le debemos el primer Oscar femenino para una actriz española gracias a su insuperable papel en Vicky Cristina Barcelona, la cinta de Woody Allen que le reunió con Javier Bardem, su marido con quien comparte, además de dos hijos, la misma estatuilla y una carrera imparable. Ese carisma especial y encanto únicos de la española desde sus comienzos hasta ahora es lo que han hecho que casi todos los directores de renombre en España, y fuera de ella, hayan llamado a su puerta. Desde Bigas Luna a Fernado Trueba y Julio Medem, hasta Rob Marshall, Kenneth Branagh y los citados Almodóvar y Allen. Ninguno se ha quedado con las ganas. Como todo en la vida, algunas de sus elecciones no han han sido las más atinadas en lo que a películas se refiere. Para prueba un botón. All the pretty horses, Vanilla Sky o Sahara le valieron un mar de críticas negativas pero también unos romances con Tom Cruise y Matthew McCounaghey que le convirtieron en una de las mujeres más envidiadas del planeta.

Pero con el paso del tiempo y la experiencia, obtuvo un status que le permite ser más selectiva. Se dio un respiro en las Américas y coqueteó con el cine europeo al que también se metió en el bolsillo llevándose el David de Donnatello en Italia por su papel en No te muevas. Teniendo en cuenta todo esto, no cabe la menor duda de que Penélope se ha ganado a pulso el premio honorífico de Donostia, a pesar de las críticas de los puristas que ven este reconocimiento como algo válido cuando hay más décadas vividas.

Pero en este caso, dada la experiencia y profesionaldiad de la madrileña, es un reconocimiento justo que nos recuerda que con amor, esfuerzo y entusiasmo no hay sueño imposible.


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