David Bisbal echa de menos sus míticos rizos

En los inicios de su carrera, incluidos sus meses de estancia en la famosa academia del concurso 'Operación Triunfo' a finales de 2001, el cantante David Bisbal se destacaba, además de por sus enérgicos movimientos de baile y su potente voz, por lucir una de las cabelleras más llamativas de la escena musical gracias a los largos tirabuzones rubios que la poblaban. Sin embargo, años más tarde, y a fin de romper con su imagen angelical, el intérprete decidió desprenderse de ellos para abrazar una estética algo más madura.

Claro que en un artista tan nostálgico como el almeriense, solo era cuestión de tiempo que en algún momento hiciera mención a sus desaparecidos rizos para poner de manifiesto lo mucho que los echa de menos -algo ligado quizás a la añoranza general por tiempos pasados-, y eso es lo que ha ocurrido precisamente durante la última gala del programa 'La Voz Kids', en el que Bisbal ejerce como 'coach'.

Tras conocer personalmente a uno de los aspirantes a ganar la competición, un joven 'cantaor' de flamenco llamado Juan Miguel Cortés, el astro de la música no pudo evitar fijarse en la larga y alborotada melena que exhibía el niño, hasta el punto de que le pidió que se acercara a su silla para poder acariciarla un poco y, al mismo tiempo, rememorar aquella época en la que la suya no era demasiado diferente: "Lo mismo me dejo el pelo largo, que me has dado envidia", le dirigió entre risas.

Poco después, y para responder a la pregunta que le formuló el propio Juan Miguel, quien por cierto también es de Almería y acabó uniéndose al equipo de David Bisbal, el propio artista reveló públicamente la razón que le llevó en su momento a decir adiós a sus extensos rizos y, por supuesto, al cuestionable sentido de la moda que le definía -a él y a buena parte de los jóvenes de su generación- a principios de la década pasada.

"Me los corté porque estaba un poco cansado... Tú porque eres jovencito, pero yo me acuerdo muy bien de mis rizos", aseguró con total naturalidad y un punto de melancolía.