Bajo la amenaza del juicio político, Trump busca consuelo en bastión republicano de Florida
- TampaBayTimes
- 4 oct 2019
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Acosado por las investigaciones de cara a un posible juicio político en el Congreso, el presidente Donald Trump escapó el jueves de la burbuja política de Washington para arroparse en el calor de un estado que se ha convertido en su segunda casa.
Lejos de las restricciones de la Casa Blanca, Trump se dio un cálido baño de pueblo republicano en The Villages, una enorme comunidad de retirados del centro de la Florida donde el presidente casi siempre tiene la razón.
“Un lugar muy especial”, dijo Trump, al subir al podio ante una multitud de unas mil personas que llenaron un centro de artes escénicas. “Estaba pensando en mudarme a The Villages, pero en verdad no puedo abandonar Mar-a-Lago”.
La visita de Trump a The Villages —que coincide con una visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, al sur de la Florida— no pudiera ocurrir en mejor momento para un presidente abrumado por demócratas que buscan hacerle un juicio político y por la búsqueda de filtraciones de información en su círculo íntimo.
Entre sus partidarios en este grupo de comunidades para personas de más de 55 años —donde dos de cada tres personas votaron por él en 2016— la amenaza de juicio político se considera una broma. Y el verdadero escándalo sobre Urania ni es si Trump presionó al gobierno para que investigara a sus rivales, sino si el ex vicepresidente Joe Biden trató de eliminar la investigación a una compañía donde su hijo integraba la junta directiva.
Trump, para los cientos de personas que llegaron a la localidad de Lady Lake para escucharlo hablar del Medicare, es un hombre que lucha por preservar Estados Unidos con una fortaleza que comparan con la del Todopoderoso.
“En medio de toda la negatividad que lo rodea —desde los antifa hasta los demócratas radicales— sigue cumpliendo”, dijo Becky Lampinen, maestra retirada de Iowa, mientras esperaba la llegada de Trump el jueves por la mañana en la plaza de la localidad. “No creo que haya conocido a una persona capaz de hacer eso, excepto Dios”.
The Villages, que se describe a sí misma como la mayor comunidad de retirados de Estados Unidos, es una de las principales razones del triunfo de Trump en la Florida en 2016, un papel que la comunidad pudiera jugar de nuevo en 2020. Ubicada una hora de camino al noroeste de Disney World, es el corazón del Partido Republicano en un estado, que el equipo de Trump piensa que tiene que ganar para asegurar un segundo período.
“[A Trump] le están dando todas estas puñaladas en la espalda en Washington. Nosotros estamos de su parte”, dijo David Ekaitis, un gerente financiero retirado de 70 años y de Indiana. “No lo vamos a abandonar”.
Con un área de 32 millas cuadradas, The Villages es un paraíso para los estadounidenses de clase media nacidos en el auge demográfico de la Segunda Guerra Mundial, donde la información del Censo indica que a casi nadie le falta seguro médico ni vive por debajo del nivel de pobreza, y muchos de sus 130,000 habitantes se desplazan por la zona en carritos eléctricos. Con una población mayoritariamente blanca, es una de las zonas metropolitanas de crecimiento más rápido del país desde hace años, convirtiéndose así en un contrapeso crucial para los republicanos en el estado políticamente indeciso más importante del país en momentos que norteños liberales y latinoamericanos se establecen en el sur de la Florida.
Según la organización Let’s Preserve the American Dream, una entidad sin fines de lucro especializada en investigaciones electorales en todo el país, un análisis de la votación en los precintos de The Villages en los comicios de 2016 muestra que 68% de los votantes se decidió por Trump en vez de Hillary Clinton. En la región tricondal que rodea The Villages —los condados Lake, Marion y Sumter— la ventaja de 115,000 votos de Trump sobre Clinton fue mayor que su margen final de victoria en la Florida.
Para los partidarios de Trump que esperaban por el presidente el jueves, el país donde se despiertan todos los días es muy diferente del que describen los candidatos presidenciales demócratas. La mayoría de los habitantes de The Villages vive de sus pensiones y están protegidos por el Medicare, a pocos les preocupa el acceso a los servicios médicos. La mayor preocupación de estas personas son su hijos. Pero a pesar de lo sereno del entorno, con lagos y campos de golf en todas direcciones, y la frontera con México a miles de millas de distancia, les preocupa la inmigración ilegal y el impulso que ha tomado el socialismo.
Robert Dreyfus, un anestesiólogo retirado de 83 años quien se mudó de Miami a la zona central de la Florida en 1973, opina que el país “nunca se recuperará” si el socialista democrático Bernie Sanders sale elegido.
“La cultura ha cambiado tanto en comparación con cuando yo tenía la edad de usted que es casi irreconocible”, dijo Dreyfus, quien llegó al evento vestido con una camisa con la bandera estadounidense y llevaba un letrero que equiparaba el liberalismo con el comunismo. “Quizás ya sea demasiado tarde para Estados Unidos”.
La visita de Trump este jueves fue una escala oficial de la Casa Blanca, en que el presidente firmó una orden ejecutiva que el gobierno dijo ampliará el acceso y las opciones de las personas mayores en el Medicare.
“Demócratas destacados han prometido servicios médicos a los inmigrantes ilegales”, dijo Trump a la multitud. “Los ponen por encima de los ciudadanos norteamericanos cumplidores de la ley como ustedes. Nunca voy a permitir que estos políticos regalen nuestros servicios médicos”, dijo.
La orden ejecutiva más reciente de Trump es parte de una estrategia sobre los servicios médicos. Después de presionar para desmantelar Obamacare, ahora planea —como dijo el jueves por la mañana a los reporteros Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos— “proteger lo que ha funcionado en nuestro sistema y solucionar lo que no funciona”.
Los demócratas contestaron el jueves, alegando que el plan contempla reducir aproximadamente $500 millones del gasto del Medicare en los próximos 10 años.
“Trump piensa que puede distraer a los floridanos sobre su historial contrario a los servicios médicos, pero lo vemos claramente”, dijo Daniela Martins, portavoz de la rama floridana del supercomité de acción política Priorities USA.
Pero el mensaje de Trump fue bien recibido en The Villages, donde menos de 3,500 personas están inscritas en Obamacare. Mientras tanto, en los tres condados que rodean la comunidad de retirados, estadísticas federales muestran que casi 300,000 personas están inscritas en el Medicare. (Florida ocupa el tercer lugar en beneficiarios del Medicare en todo el país, detrás de California y Texas)
“Si usted cree a los medios de comunicación, Trump va a acabar con el Medicare”, dijo Jerry Prince, de 72 años y presidente del Club Republicano de The Villages. “¿Acabar con el Medicare? Creo que no... no creo que vaya a venir aquí y decir eso delante de tantas personas mayores”.
Prince dice que no le preocupa que Trump no gane en 2020. Eso tampoco le preocupa a Lampinen, la maestra retirada de Iowa que el jueves fue a ver llegar al presidente. Lampinen, quien a los 68 años tiene una pistola Smith & Wesson .380 EZ, dice que le preocupa más que el Partido Republicano pueda encontrar un sucesor.
“Con Trump conservamos nuestro derecho a la libre expresión, a la libertad de religión, de mantener la Constitución que los padres de la patria tuvieron tanto cuidado en crear. Si se elimina eso nos convertiríamos en otra Venezuela”, dijo. “Espero que después de su segundo período encontremos otro como él”.
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