Hazard tiene que ser el Messi del Real Madrid

Dentro del momento digamos raro que han vivido los 'grandes' en la Liga, el Barça tenía una ventaja sobre el resto: estaba esperando a Leo Messi. Dejando a un lado discusiones sobre si merecía o no el The Best, ahora mismo hay pocas dudas sobre que el argentino es el jugador más decisivo del mundo. O, como mínimo, top 2 en esa eterna guerra que tiene con Cristiano Ronaldo.

Ante el Inter, en un mal partido de los azulgrana, bastó una genialidad del argentino para decidir el choque. De un balón sin aparente peligro casi en el centro del campo, la Pulga se sacó una arrancada espectacular, dejó a varios jugadores atrás y le dio un pase perfecto a Luis Suárez, que definió a la perfección.

Tener a un jugador como Messi le permite a un equipo tener un mal día y ganar el partido, ser superado durante muchísimos minutos pero finalmente llevarse los tres puntos. Y eso en el fútbol de hoy en día es mucho. Evidentemente un jugador solo no te va a solucionar todos los problemas, pero la ayuda que supone que un arranque de talento te resuelva un choque es incalculable.

Y eso que tiene el Barça es lo que necesita el Madrid, y el encargado debe ser Eden Hazard. Son varios encuentros esperando a ver la mejor versión del belga, ese futbolista desequilibrante que maravilló con el Chelsea y que mostró un nivel de top-5 del mundo.

Los juicios precipitados suelen ser absurdos y la historia ha enseñado que hacerlo suele dejar en ridículo a los que entierran estrellas antes de tiempo. El propio Zidane recordó cuando se le cuestionó en el Bernabéu (inolvidable fue ese debate sobre si el Madrid jugaba mejor sin el galo) y los aficionados algo más veterano tampoco olvidan ese 'Redondo o Milla' que llenó tertulias de la época mediados los 90.

A Hazard hay que esperarle, no tengo dudas. Pero también exigirle. Ese dudoso estado de forma en el que llegó no le está ayudando, tampoco la lesión que cortó su preparación. Pedirle al belga que sea el Messi del Madrid suena a exagerado, aunque si tiene la calidad y el talento para hacerlo... ¿por qué no?