Houston no sólo tiene un problema, sino dos derrotas ante unos Nacionales que se creen invencibles
- El Nuevo Herald
- 24 oct 2019
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Claro y simple. Los Nacionales están a dos victorias de ganar su primera Serie Mundial. El equipo que pocos consideraban favorito para levantar el trofeo de campeón ha partido de Houston, dejando atrás una ciudad en puro asombro, estupefacta.
Con Gerrit Cole y Justin Verlander como si fuera una combinación uno-dos de boxeo, ¿cómo pudieron salir ilesos estos capitalinos, llevándose dos triunfos inesperados? Uno podía estar en los planes, pero dos. A los fanáticos de los Astros les debe parecer todo esto una pesadilla.
Washington apaleó, no puede haber otra palabra para describir lo sucedido, 12-3 a José Altuve y compañía sumando, de paso, su octava victoria consecutiva en los playoffs para igualar una marca de todos los tiempos.
Si el encuentro del martes resultó un carrusel de emociones y dramas intensos de entrada en entrada, el segundo desafío vivió una calma tensa después de un primer capítulo en que ambos equipos se castigaron con dos carreras para fijar el termómetro del voltaje.
Cuando Anthony Rendón pegó su doble de dos anotaciones en el episodio inicial, parecía que sería una noche corta para el inmenso Justin Verlander y lo mismo podría decirse de Stephen Strasburg al permitir un cuadrangular con dos a bordo de Alex Bregman.
Tras ese momento problemático, ambos se dieron a la tarea de colgar cero tras cero para mantener ese ténue empate, gracias a que los aces sacaron sus mejores herramientas y disertaron desde el montículo.
Verlander logró algo especial: con su cuarto ponche de la noche -finalizaría con seis- llegó a 200 en postemporada para superar en la lista histórica a John Smoltz, quien era el líder histórico y celebró la gesta desde su cabina de transmisión de la cadena FOX.
Strasburg, por su parte, reafirmó el tremendo momento que vive en su carrera y lo mucho que le necesita Washington -puede salir de su contrato al final de la temporada- para continuar en la elite de la Liga Nacional al lado de Max Scherzer.
Pero el hechizo del pitcheo abridor se rompió en la séptima, justo en el envío número 100 de Verlander, quien le sirvió una recta mansa a Kurt Suzuki que luego lamentaría desde el momento en que la pelota hizo contacto con el bate.
Suzuki llevó la bola más allá de la cerca y se convirtió en el receptor de más edad, 36 años, que pega un cuadrangular en una Serie Mundial desde que lo hiciera el ahora nuevo manager de los Cachorros David Ross.
Otro dato de veteranía: Fernando Rodney, a los 42 años, se convirtió en el relevista más añejo en trabajar en un Clásico de Octubre desde Joe Niekro en 1987. La Flecha de Dominicana todavía sabe encontrar la diana.
¿Un efecto secundario del batazo de Suzuki? La salida de Verlander y con ella el diluvio que barrió con las esperanzas de los Astros, porque los capitalinos pisaron la goma en cuatro ocasiones más un infield hit de Howie Kendrick, un metrallazo de Asdrúbal Cabrera y otro sencillo dentro del cuadro de Ryan Zimmerman.
Un palo de vuelta entera de Adam Eaton en la octava con uno a bordo solo añadió más sal en una herida que habrá de doler hasta que comience el tercer encuentro de esta serie en el Nationals Park de Washington. ¿Y el de Michael Taylor en la novena? Para ese instante la mayor parte del público se había marchado del parque en estado de shock.
Todo lo que pudo salir mal salió mal para Houston. Los de la capital, por el contrario, no se consideran segundos de nadie. Si vencimos a los Dodgers, cómo no podremos pasar por encima de los Astros.
No lo dicen, pero lo piensan y lo sienten.
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