Crítica de “Estafadoras de Wall Street”, el biopic que explota la vena diva de Jennifer Lopez
- Yahoo
- 8 nov 2019
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Jennifer Lopez encontró el papel perfecto para sus andares de diva en Estafadoras de Wall Street, un biopic en tono de tragicomedia basado en un artículo de la revista New York de 2015 sobre un grupo de strippers que drogaban a directivos poderosos y especialistas de la bolsa, arrasando con sus tarjetas de crédito.
La nativa del Bronx saca todo su arsenal como estrella acostumbrada a ser el centro de atención para convertirse en la líder de esta banda, una stripper experimentada en la seducción (y el pole dance, todo hay que decirlo) cuya primera frase en la película sentencia sus intenciones: “¿El dinero no te pone cachonda?” le pregunta a su compañera, una ingenua Destiny (Constance Wu), mientras abraza decenas de dólares recibidos mientras se contoneaba en el escenario como solo JLo sabe hacerlo.
JLo se mete en la piel de Ramona, aunque su personaje en la vida real se hacía llamar Barbash quien, por cierto, asegura que la actriz nunca la contactó para trabajar el personaje y que la imagen que vende la película sobre ella está lejos de la realidad. Aseguró a TMZ (via Fox News) que jamás hizo pole dancing -algo en lo que JLo es experta en el filme- y nunca preparó las drogas que luego utilizaba para debilitar a los poderosos de Wall Street delante de su hija, como muestra la película. Y esto tiene una explicación: esta es la película de JLo, la que muchos irán a ver solo por ver a la estrella de 50 años subida al pole bailando divinamente semi desnuda. Y esto es porque Estafadoras de Wall Street no tiene aires de biopic, sino que utiliza la camaradería de sus dos protagonistas para crear una historia de feminismo forzado, de mujeres tomando la revancha contra los hombres que se aprovechan de ellas y arruinan al mundo. Las Robin Hood de Wall Street, como las llamaron algunos medios estadounidenses.
Cuando la prensa internacional accedió a los primeros visionados, comenzó a circular el rumor que apuntaba a la aprobación unánime del trabajo de Jennifer Lopez, colocándola incluso como candidata a los próximos premios Oscar. Sin embargo, tras ser testigo del producto final, no encuentro qué escena pudo despertar el rumor. JLo brilla, es cierto, pero no por una actuación que la haya desafiado a reinventarse en pantalla, sino por ventilar su belleza física y su experiencia como diva de la música para demostrar un liderazgo plagado de glamour.
Dirigida por Lorene Scafaria, Estafadoras de Wall Street nos muestra a un grupo de mujeres independientes que, por un motivo u otro, deben mantenerse a ellas mismas y sus familias por sí solas. Pero el trabajo que ejercen las explota, cada uno saca su tajada, llevándolas a crear una unión que les permite salir adelante embaucando a esos hombres de Wall Street que arruinaron al mundo en 2008. No los mismos, pero la misma profesión. Porque cuando arranca la película es el año 2007, y gracias a Ramona, Destiny consigue encontrar el camino para aprovechar su profesión al máximo. Las cosas van bien hasta que llega la crisis financiera de 2008. Los clientes, esos mismos analistas de Wall Street que despilfarraban miles de dólares por noche, de repente desaparecen. El negocio cae y la supervivencia se hace más difícil.
La película hace hincapié en buscar la empatía del espectador por estas mujeres que hacen lo imposible por sacarse las castañas del fuego. Engañadas por los hombres en sus vidas y solas con sus hijas, deben salir adelante como sea. Y con un currículo dedicado al entretenimiento nocturno, las puertas laborales del mercado diurno están prácticamente cerradas. Así pasan los años, llegando al reencuentro de Ramona y Destiny tiempo después. Aquí ya estamos en un momento de desesperación para la protagonista (que no es JLo por cierto, sino Constance Wu) que cae a lo más bajo de su carrera como stripper por desesperación. Y en ese momento aparece Ramona, creando un grupo de strippers dispuestas a drogar a potenciales clientes y robarles en su estado de inconciencia. Aquí, Ramona es la verdadera loba de Wall Street.
Es cierto que como dice la periodista que entrevista a las protagonistas (en la piel de Julia Stiles), es difícil sentir pena por las víctimas: hombres casados que gastan miles de dólares en drogas, strippers y servicios sexuales que arruinaron al mundo en 2008; y por eso la película también exprime la búsqueda de empatía a través de la historia de supervivencia de sus protagonistas y la creación de una amistad que recurre a la fórmula de las buddy comedies americanas (normalmente de amigos masculinos) pero que resulta forzada.
Si bien Jennifer Lopez y Constance Wu están correctas en los personajes diseñados por el guion, tampoco pueden exprimir lo que no está en el libreto. Al querer crear un drama que busca empatía en la miseria humana, se olvida de centrar su atención en la profundidad de los personajes. Nunca terminamos de conocerlas a fondo y a excepción de Constance Wu, cada rincón que toca resulta superficial.
Estafadoras de Wall Street tiene una magnífica historia de fondo que seguramente podría funcionar mejor de haber sembrado su atención en el drama detrás de los personajes y las intenciones de cada una, en lugar de explotar la vena diva de JLo y forzar la empatía en una historia que está a juicio de cada uno decidir por quién sentirla. Si es que alguno de los bandos la merece.
Estafadoras de Wall Street se estrena el 8 de noviembre.
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