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Presidenta interina de Bolivia expulsa a los diplomáticos venezolanos y da un giro a la diplomacia d

  • AFP
  • 16 nov 2019
  • 4 Min. de lectura

A los pocos días de haberse autoproclamado presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez ha dado un vuelco en su país al cambiar ministros, salir de bloques políticos y expulsar diplomáticos.

Áñez también anunció que presentaría una queja diplomática ante México por permitir que el expresidente Evo Morales hiciera declaraciones políticas, a lo que el gobierno mexicano respondió que no se podía limitar la libertad de expresión de los asilados políticos.

A través de su canciller Karen Longaric, anunció que Bolivia abandonaría la Alianza Bolivariana (ALBA) y analiza su salida de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dos bloques políticos impulsados por Evo Morales.

“El gobierno de Bolivia se ha desvinculado del tratado del Alba, ya no somos parte de él. También estamos analizando la desvinculación de Bolivia de Unasur”, afirmó en conferencia de prensa la jefa de la diplomacia boliviana.

El gobierno de Áñez también decidió expulsar a todos los funcionarios de la embajada de Venezuela en La Paz, debido a la “violación de normas diplomáticas”, por supuestamente inmiscuirse en asuntos internos.

“Se les dará un plazo para que abandonen el país, por haberse involucrado en asuntos internos del Estado, a todo el personal diplomático de la embajada de Venezuela en Bolivia que representa al gobierno del señor (Nicolás) Maduro”, dijo la canciller Longaric.

La funcionaria precisó que “esos funcionarios diplomáticos han violado normas de la diplomacia y se los declara persona no grata”, y adelantó que tomarán otras medidas “en las próximas horas”.

“Por supuesto que se van a romper relaciones con Maduro; reconocemos una Venezuela democrática”, declaró la funcionaria, después de que el gobierno de Jeanine Áñez reconociera el jueves al líder opositor Juan Guaidó como presidente de Venezuela.

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, acusó a “venezolanos y cubanos” de participar en labores políticas contra la administración de Áñez.

En tanto, la Policía informó este viernes la detención de nueve venezolanos, a quienes acusó de posesión de armas, con los mismos fines políticos.

Longaric dijo que son “venezolanos vinculados a la embajada de Venezuela que han incurrido en actos reñidos con la ley, y estaban atentado contra la seguridad interna de Bolivia”.

La nueva diplomacia boliviana está dando un giro de 180 grados a la establecida por Morales desde su llegada al poder en 2006. El exgobernante, asilado en México desde el martes, mantuvo estrechos lazos con Venezuela y Cuba y una abierta crítica a Estados Unidos.

Cuba denunció este viernes la detención de cuatro miembros de su brigada médica en Bolivia, bajo la “calumniosa presunción” de que alentaban y financiaban las protestas que se desarrollan en ese país, y exigió a La Paz que “sean liberados de inmediato”.

“Cuatro miembros de la Brigada Médica en El Alto fueron detenidos por la policía”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, en una declaración en la que también exigió que “sean liberados de inmediato y que las autoridades bolivianas garanticen la integridad física de cada uno de los colaboradores cubanos” en ese país.

Asimismo, confirmó que ante “las circunstancias descritas”, el gobierno cubano “decidió el retorno inmediato a la patria de los colaboradores cubanos”.

La canciller de Bolivia, Karen Longaric, informó que Cuba iba a repatriar desde esta fecha a los 725 “funcionarios de coopearación” que tiene en ese país.

Jeanine Áñez, dijo este viernes que el exmandatario Evo Morales puede volver al país desde su exilio en México, pero si lo hace deberá "responder a la justicia" por irregularidades en los comicios de octubre y "denuncias de corrupción".

En su primera reunión con la prensa extranjera, Áñez dijo que Morales "se fue sólo" de Bolivia y si vuelve "sabe que tiene que responder a la justicia".

"Hay un delito electoral, hay muchísimas denuncias de corrupción en su gobierno", indicó. Y agregó: "Él (Morales) tiene cuentas pendientes en el país".

El primer presidente indígena de Bolivia, que estuvo en el gobierno casi 14 años, dijo el miércoles en México que estaba dispuesto a regresar para "pacificar" a Bolivia y reiteró con su dimisión buscó detener la violencia.

Morales, que se encuentra asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, al cabo de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre, plagados de "irregularidades" según una misión de auditoría de la OEA.

"Éste es un gobierno de transición", aseguró Áñez. "Yo me comprometo a llevar las elecciones transparentes", añadió, aunque aclaró que no sabe si podrán realizarse antes del 22 de enero, fecha en que culminaba el tercer mandato de Morales.

La presidenta no respondió cuánto tiempo podría quedarse en el poder, pero prometió "no avanzar a un autoritarismo". "Éste es un estado de derecho", expresó.

"Vamos a llegar a unas elecciones", tras el nombramiento de un nuevo órgano electoral, "y los bolivianos van a tener la oportunidad de elegir", indicó esta abogada de 52 años.

Morales, de 60 años, reconoció el jueves que pudo cometer "errores", pero no asumió ninguna responsabilidad en la crisis que lo llevó a renunciar, en entrevista con la cadena Televisa en México.

Las protestas que estallaron al día siguiente de los comicios y todavía continúan, han dejado un saldo de 10 muertos y más de 400 heridos, según cifras oficiales.

Una columna de partidarios de Morales, buena parte aymaras, marchaba desde la vecina ciudad de El Alto hacia La Paz este viernes para manifestarse cerca del Palacio Quemado (sede del gobierno), como en los dos días anteriores.

El jueves, medio centenar de militares reforzaron a la policía para resguardar el orden en la avenida El Prado, la principal de la ciudad.

"De momento está todo tranquilo, normal, pero vas a ver que los enfrentamientos van a empezar de nuevo", auguró Flavio Domínguez, un empleado de comercio de 55 años.

Las calles de acceso al Palacio están bloqueadas desde hace días con barricadas custodiadas por la policía.

Durante las primeras tres semanas, los que protestaban eran opositores de Morales, pero desde el domingo, tras su renuncia, son sus partidarios los que han salido a las calles y se han enfrentado con la policía.

Áñez no respondió cómo abordará las relaciones con los demás poderes del Estado, que siguen en manos de partidarios de Morales, como es el caso del Congreso.


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